Friday, April 8, 2016

El revocatorio como válvula de escape

El revocatorio de 2002-2004 nunca fue un intento para sacar a Chávez del poder, sino por el contrario y desde el principio, la intención era afianzarlo. El proceso de tira-y-encoge que fue orquestado por algunos de los actores, sólo buscaba otorgar Estabilidad Política a un muy mal gobierno legítimo, que estaba presidido por un venezolano.
El revocatorio fue una válvula de escape para la presión social contenida, con la única finalidad de evitar que estallara. Hace 12 años que las elecciones controladas, por primera vez, surtieron efecto: la depresión y el éxodo fueron brutales.
El firmazo, reafirmazo, los reparos, los toldos, las colas, los actos, los volanteos, los pitos, las banderas y las consignas de toda una sociedad civil, que desconocía en aquél momento que estaba siendo dirigida por personas que habían jurado exportar la revolución cubana con el petróleo venezolano. Esos actos sólo sembraron esperanza en una población incauta, que hipotecó sus esperanzas a unos líderes socialistas eficaces en su tarea de encauzar a la masa humana, pero definitivamente traidores en su motivación e intenciones. Profundas diferencias fragmentaron a los activistas de SUMATE que presenciaron de primera mano las contradicciones que ocurrieron. Allí, junto con esos incautos y esos activistas, absolutamente convencido de la buena fe de quienes dirigían ese proceso, estuve yo.
Pero a pesar de todo el apoyo que recibieron de una ciudadanía que se había manifestado exitosamente en un acontecimiento histórico que culminó el 11 de abril de 2002, los promotores de aquel revocatorio no fueron capaces de evitar la imposición de las misiones, ni la transformación del sistema electoral mediante la experimentación con las máquinas de lotería Olivetti, ni mucho menos el enorme crecimiento del Registro Electoral. Y no tenían por qué hacerlo: estaba "blindado" ¿recuerdan?
Esa historia no es muy lejana. Por favor, revísenla, y cuando lo hagan, vean que personas como Francisco Arias Cárdenas y William Ojeda, además de Henry Ramos Allup y Julio Borges, fueron quienes iniciaron el procedimiento del aquel tortuoso camino de 2 años que terminó en un revocatorio transformado en un manido plebiscito, con el visto bueno de los convocantes, y la inocencia de los convocados.
"Y nos ganaron". No cabe la menor duda que ganaron. Pero no ganaron el revocatorio. Eso no es cierto. Lo que ganaron fue un plebiscito.
Ese plebiscito fue convocado por un grupo de socialistas en representación nuestra, pero nosotros "los convocados" no sabíamos que nos habían cambiado un revocatorio por un plebiscito, aunque eso fuera público: craso error.
En este documento (efemeridesvenezolanas) los solicitantes se adhirieron a la Resolución emanada del CNE No. 030925-465 (SOLICITUD_REFERENDO_REVOCATORIO), cuyo ARTÍCULO 60 dice textualmente.
"Se considerará revocado el mandato, si el número de votos a favor de la revocatoria es igual o superior al número de votos de los electores que eligieron al funcionario, y no resulte inferior al número de electores que votaron en contra de la revocatoria."
Pero eso no es lo que dice la constitución. Fue el 28 de septiembre de 2003, en la convocatoria que las izquierdas unidas firmaron -justo en ese momento- que perdimos. Ellos aceptaron la modificación de la constitución por un procedimiento distinto al previsto en ella, convocaron a un plebiscito que no tiene base en nuestro ordenamiento jurídico, aceptaron un "contrato de adhesión" que les había enviado el CNE y... oh  sorpresa, perdimos. Todo lo que ocurrió después de esa fecha no fue más que un "Show"
Pero no perdimos el revocatorio, insisto, porque el revocatorio es bien claro y está perfectamente delimitado por el artículo 72 de la constitución, que dice textualmente:
Todos los cargos y magistraturas de elección popular son revocables.Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, un número no menor del veinte por ciento de los electores o electoras inscritos en la correspondiente circunscripción podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato. Cuando igual o mayor número de electores y electoras que eligieron al funcionario o funcionaria hubieren votado a favor de la revocación, siempre que haya concurrido al referendo un número de electores o electoras igual o superior al veinticinco por ciento de los electores y electoras inscritos o inscritas, se considerará revocado su mandato y se procederá de inmediato a cubrir la falta absoluta conforme a lo dispuesto en esta Constitución y en la ley.La revocación del mandato para los cuerpos colegiados se realizará de acuerdo con lo que establezca la ley.Durante el período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria no podrá hacerse más de una solicitud de revocación de su mandato.
Esas eran las reglas del juego. Eran las únicas reglas del juego que se podían aceptar. Y es tan evidente que en ese artículo 72 no está la noción de plebiscito, que en la reforma de 2007 se le intentó cambiar.
Y ahora la misma clase política que no le escuchó, y que ha suscrito innumerables acuerdos que explícitamente le comprometen por la destrucción de la forma republicana de nuestra nación, quiere reeditar el proceso. Quiere  hacerlo con los mismos técnicos electorales, las mismas SmartMatic, un Plan República sin duda muy distinto al de hace 12 años, y con el agravante que no aspira reeditarlo con la intención de revocar a un venezolano legítimamente electo.
Queda a criterio de ustedes dar estabilidad política a un régimen genocida dirigido por un extranjero, u organizarse en una oposición auténtica que haga lo que debe hacer. Mi interés estará centrado en evitar el que el proceso revocatorio ocurra, porque -lógicamente- si llega el momento "salvar el voto" será severamente señalado por los comunistas, de traición.
Por una Venezuela gobernada por venezolanos
Ludwig Moreno

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