Sunday, January 11, 2015

La identidad inorgánica (revisited)

El gobierno, conocedor de los efectos perversos de la emisión de dinero inorgánico y su consecuencia inmediata, la inflación, implementó en 2003, desde la amenaza política del referéndum revocatorio, un mecanismo análogo sobre la identidad de los venezolanos y aplicó, mediante la Misión Identidad creada desde la Presidencia de la República, una forma ilegal para la renovación de la Cédula de Identidad:
La presentación de una fotocopia simple como único requisito (http://www.onidex.gov.ve).
Sin embargo, para el momento en que dicha misión inició su funcionamiento, la Ley vigente establecía lo siguiente: Renovación:
Articulo 6°. Los venezolanos y los extranjeros con la condición de residentes tendrán derecho (…) a tramitar el otorgamiento de un nuevo ejemplar por motivo de extravío, deterioro o cambio del estado civil.
Esto nos remite obligatoriamente al Artículo 13 de la misma ley, que establece como requisito único e indispensable la presentación de la partida de nacimiento, y en ningún caso, aparece como requisito válido "una fotocopia".
Así, todas las cédulas emitidas por la Misión Identidad, sin el respaldo exigido por la ley para su otorgamiento, se vuelven "inorgánicas" -ilegales- y por tanto son documentos nulos.
Además, se produce la nulidad, por devaluación, de todo el universo de las Cédulas de Identidad, pues las inorgánicas tienen las mismas características de las cédulas que sí fueron emitidas observando los requisitos exigidos por la ley.
La fabricación masiva de estas identidades inorgánicas produce un aumento de las cifras demográficas, la distorsión de la pirámide poblacional, la total invalidez del registro electoral, el incremento artificial de los votos a favor de un gobierno desgastado, y la "inflación" de los inscritos en el PSUV, que por otra vía no podría ser explicada.
Las consecuencias son inaceptables en la víspera de una nueva contienda electoral para la aprobación de la amplísima reforma constitucional, que se pretendió realizar sin la convocatoria de una constituyente.
Si hemos de vivir en democracia, es por tanto indispensable un nuevo sistema de identificación, generado con la más amplia participación activa y comprometida de la sociedad civil, la sustitución del actual CNE, que se ha hecho sumiso y dependiente de las decisiones del Ejecutivo, por un Poder Electoral independiente, imparcial y confiable.

Originalmente publicado el 31 de julio 2009 en:
http://revocaatufoca.blogspot.com/2009_07_01_archive.html?m=1

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