Por lo tanto, la primera condición que debe cumplir la resistencia para lograr su objetivo, es recuperar el tejido social. Y no faltará el irresponsable o desubicado que diga que eso ya está listo, que el tejido social lo tenemos en el Facebook o en Twitter.
La MUD, como aparato de falsa oposición al servicio de la izquierda, funciona en contra de los ciudadanos tanto en tiempos electorales como no electorales. Basta recordar las acciones de adormecimiento sistemático que llevaron a cabo durante la Guarimbas de 2004 y 2014, así como los pactos electorales que ya se han mencionado y definido como las Actas de la Traición.
Durante el pasado año realicé propuestas para lograr una revisión de los liderazgos de los partidos que integran la MUD. El objetivo era lograr que las generaciones de relevo dentro de los partidos políticos pudieran desplazar a los cogollos conchupantes mediante métodos democráticos. Sin embargo, personas inexpertas, ajenas a la realidad venezolana, que apostaban a salidas violentas, a la intervención armada, o que simplemente no comprendían la crucial importancia de la regeneración del tejido social, intervinieron y sabotearon todas estas propuestas.
Y no es que no esté de acuerdo con las protestas. Todas son formas válidas de expresión ciudadana. Pero sin Organización real, simplemente no funcionarán las marchas, ni las Guarimbas, ni las elecciones. Así que la única circunstancia en la cual debemos centrar nuestro esfuerzo en el organizarnos, tal y como dicen los textos de lucha cívica no violenta, de no participación, de desobediencia civil y de transición de la tiranía a la democracia.
Cada vez que realizamos acciones -las que sean- la oposición formal nos hace entrar en la disyuntiva o en la incertidumbre de seguir al liderazgo natural de cada sector, o seguir a los emisarios de la MUD: a esos que obedecen precisamente los designios del cogollo que de manera indudable ha pactado con el régimen. Cuando esto sucede, entramos en una situación errática, escuchando a quienes nos piden que confrontemos, para terminar presos, heridos, o muertos; o a quienes nos dicen que hagamos campamentos, para terminar indefensos en las fauces del lobo.
Es obvio que escribiendo #SalvaTuVoto no se derrocará a la dictadura. Pero ya está demostrado que votando tampoco. Guarimbeando tampoco. Marchando tampoco! ...o no? Y la razón es que NO ESTAMOS ORGANIZADOS. Cualquiera viene y vende ideas de confrontación y las compramos. Nos hace perder tiempo diciendo cosas que la resistencia quiere escuchar y lo seguimos. Nos llama a votar o a marchar, y lo hacemos. Pero la verdad es que necesitamos una Organización Ciudadana, genuina, con ideas claras de libertad y soberanía como objetivos primordiales, basados en principios de lucha pacífica no violenta. Es precisamente esa organización la que debe tejerse y para ello se ha difundido una herramienta ciudadana para que sea usada por los grupos de ciudadanos que deben integrarse, teniendo como norte una Venezuela gobernada por venezolanos.
La fecha fijada para expresar el Salvamento del Voto es el 29 de noviembre, si la organización ciudadana logra cristalizar para ese momento, con la finalidad de estar activados una semana antes de las parlamentarias, que lógicamente serán el 6D. En caso contrario, el régimen ilegítimo de Nicolás Maduro quedará legitimado con un parlamento de un co-gobierno de izquierda MUD-PSUV, independientemente de su composición.
Por una Venezuela gobernada por venezolanos,
#SalvaTuVoto
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