Es necesario que los jóvenes asuman con responsabilidad y valentía, las consecuencias del liderazgo que mostraron durante el pasado año. Muchos dieron la cara y algunos, dieron la vida.
No permitan que les vuelvan a poner las franelas de los mismos partidos políticos que han gestionado la pérdida de nuestra soberanía.
El 23 de enero se conmemora la salida de un dictador venezolano, pero en medio de una ocupación extranjera, no hay nada que celebrar. Al amanecer del 23 de enero de 1958 estábamos mejor que hoy: La gente no hacía cola para comer. El Bolívar era doscientasmil veces más fuerte. El dictador que teníamos era venezolano y no obedecía a ningún gobierno extranjero.
Hoy, muchos de los jóvenes de venezuela que no titubearon ante las balas y los gases del régimen, están intentando decidir entre levantar sus banderas de 7 estrellas, o seguir las banderas de 8 estrellas de un liderazgo que los traicionó. Se debaten entre tomar las calles con orden y en paz para mostrar que ni el PSUV ni la MUD los representa, o salir a marchar con los mismos cobardes que cada día pactan con el régimen.
Si deciden marchar con las banderas de los partidos que pactan con el régimen, estarán pactando con el régimen también, pero de gratis!
Si se toman fotos con las banderas de los partidos, llamarán a elecciones antes de que Venezuela vuelva a ser un país libre, y tendrán una asamblea nacional de cómplices al servicio del invasor y eso será todo.
Venezuela merece mucho más que eso. Honrar la memoria de sus compañeros muertos, exige actuar sin hipocresía. Exige que se quiten de encima el peso del chantaje de la MUD. Exige que asuman la con dignidad la responsabilidad de elegir entre ser llamados divisionistas de una masa de cómplices, o sumarse a esa masa y perder para siempre su dignidad!
Ustedes son los llamados a señalar el camino, no se equivoquen, o mejor dicho, no dejen que la MUD haga que se vuelvan a equivocar.
Por una Venezuela dirigida por jóvenes venezolanos.
Ludwig Moreno
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