A propósito de la encuesta de Keller, realizada por encargo de Venamcham y publicada en el grupo de correo de Médicos de Venezuela, opino:
La lámina 34 es absolutamente cierta: si hubiese elecciones el cambio se podría dar.
Es por eso que desde hace 16 años el régimen invasor CastroStalinista decidió que en Venezuela no hubiera elecciones.
Para ello se ha ido implementando todo tipo de manipulación social, económica y política. Y todo era tan complicado que resultaba extraordinariamente difícil de probar, al extremo que los comunistas aprovechaban la situación para burlarse del sentido común de los venezolanos, con frases como "el fraude es una leyenda urbana", o denominando "frauduleros" a quienes demostraban mediante análisis lógicos o matemáticos la absoluta inexistencia de transparencia electoral.
El asunto se les complicó en abril del 2013, cuando el fraude fue reconocido por Capriles, al extremo de incluirlo como argumento central de su demanda de nulidad en la página 72 del documento introducido ante el TSJ.
De nada valió el esfuerzo del Grupo La Colina, de Teodoro Petkoff, de Carlos Raúl Hernández ni de Kiko Bautista: La firma de un acta por los representantes de Capriles, aceptando indiscutible existencia de un millón y medio de registros electorales adulterados e inviables -torpemente denominados "electores sin huella"- sí ocurrió. Y así se demostró para siempre la verdad: el complot sí existe.
Como no hay elecciones, no hay cambio posible por esa vía. No importa que Melquiades Pulido, también miembro de La Colina, pague a Keller lo que quiera pagar con el dinero de Venamcham.
Dinero y tiempo empiezan a moverse, ansiosos, por y para una Asamblea Nacional estéril, que no sólo ha sido incapaz de proteger en alguna medida a la mayoría demócrata venezolana, sino que ha fallado estrepitosamente en protegerse a sí misma de los abusos del invasor. Además, en ningún caso el resultado hará que el dictador se vaya.
No puedo imaginar nada más estúpido para un demócrata que dedicarse a perder su tiempo en una contienda promovida desde La Colina, con una campaña electoral financiada desde La Colina, para un proceso auditado por La Colina, con resultados avalados por La Colina. Más negocios para ellos, menos democracia para nosotros. Sería como zambullirse en el olvido, como dar paso un paso hacia el suicidio como nación, desde la plataforma del abominable complot.
Y bueno, claro que hay alternativas, muchas. Para mí, éstas son las mejores:
Por una Venezuela gobernada por Venezolanos
Ludwig Moreno
@NOmasCNE
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